Tras trece intensas semanas de vida en comunidad, el CEL llegó a su fin con el inicio del mes de diciembre. Tres meses que han pasado muy rápido. Lo que empezó siendo un regalo ha acabado siendo una gran oportunidad para los once participantes, ya que las numerosas y variadas experiencias tenidas les han permitido al mismo tiempo, profundizar en el carisma lasaliano, conocer nuevas y hermosas realidades, conocerse más en profundidad y, sobre todo, crear lazos que difícilmente se podrán romper. Desde el primer día, la fe, el servicio y la fraternidad se hicieron presentes en el grupo y han marcado profundamente esta experiencia.