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James Kimpton 750x420Con gran tristeza anunciamos el fallecimiento, a los 92 años, del Hermano James Kimpton, que tuvo lugar en ‘Reaching the Unreached’ (Llegando a los Excluidos), la organización que fundó en la aldea de G. Kallupatti, India. Durante más de 65 años, el Hermano James marcó una diferencia en la vida y el bienestar de innumerables niños y familias indigentes en las aldeas rurales del sur de la India y Sri Lanka, mediante la dedicación de su propia vida al servicio de las personas más pobres. No es frecuente que una sola persona sea capaz de tocar tantas vidas de manera tan positiva.

Ian Brady, Director de ‘De Paul International’ y Presidente de ‘Reaching the Unreached’ en el Reino Unido, participó en el funeral que se celebró el sábado 7, dos días después de la muerte del Hermano James la noche del jueves 5 de octubre. Más 100.000 personas de las aldeas de Tamil Nadu, entre ellas muchos ex-internos de las aldeas infantiles para huérfanos de ‘Reaching the Unreached’ (que ahora son profesionales en toda la India), acudieron para presentar sus respetos, junto con los jefes del gobierno y personalidades de todo tipo. El Hermano era para ellos un Dios viviente y le han erigido lugares de culto a lo largo de la zona, como si hubiera muerto un líder nacional.

Girish Menon, director ejecutivo de ‘ActionAid UK, quien fuera director adjunto de ‘Reaching the Unreached’ en India, escribe: “El Hermano James me enseñó los valores de humanidad, amor, servicio y empatía frente a los más pobres y marginados. Nunca he conocido a nadie como él – no había punto de comparación para su dedicación a los pobres y su compromiso con ellos. Era un hombre de muchos talentos y un incansable recaudador de fondos para las causas en las que creía. Dejó su país cuando era joven y terminó viviendo fuera de Inglaterra por más de 65 años, inicialmente en Sri Lanka y luego en Tamil Nadu. He tenido el increíble privilegio de trabajar a su lado y de pasar mucho tiempo en conversación con él, lo cual me permitió admirar su compasión y perseverancia”.

Sus restos descansan en el pequeño cementerio de Anbu Ilam, la primera aldea infantil que construyó, entre las tumbas de los niños que estaban demasiado desnutridos cuando llegaron a la institución o que murieron más tarde de SIDA. El Hermano Kimpton solía repetir: “Mucho de nuestro trabajo consiste en plantar árboles, bajo cuya sombra nunca nos sentaremos, pero debemos plantarlos”. Nos deja en herencia una organización pujante en la India, dirigida por un consejo ejecutivo y un personal enteramente local, muchos de cuyos miembros crecieron en ‘Reaching the Unreached’ y trabajaron al lado del Hermano Kimpton por muchos años. Seguirán plantando árboles donde sean necesarios.

Noticia de Lasalle.org