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cat1La pandemia de la Covid-19 ha condicionado todas nuestras vidas durante el tercer trimestre del curso 2019-20, hemos tenido que adaptarnos y dar respuesta a las nuevas llamadas donde de múltiples formas se nos ha revelado el rostro de Jesús a través de las necesidades de nuestros Hermanos. En la Comunidad de “Espurnes d’Emmaús” en Barcelona, durante los primeros días de confinamiento se han cambiado los hábitos de trabajo. Para empezar, conscientes de que se podía poner en riesgo a las personas que atienden en la limpieza y la cocina, se les pidió que se quedaran en casa y los Hermanos se repartieron las tareas: preparar la comida, hacer la compra de alimentos, lavado de ropa y limpieza de la casa. 

El coche de la comunidad fue cedido a la ONG Open Arms, que coordinada con la Generalitat atendían a las residencias de ancianos. Por otro lado, la Comunidad se dio de alta en las redes de whatssaps del barrio para atender en la medida de lo posible las necesidades que los vecinos expresaban desde esta plataforma. Así, se aportó un importante granito de arena, llevando comid para los indigentes del barrio que los vecinos se organizaron para atender entre otras actuaciones.

cat2También, de manera espontánea, surgió el envio del comentario diario del evangelio y otros elementos enriquecedores a más de 500 contactos con quien se compartieron valores y acompañamiento en su confinamiento.
Dado que la Comunidad de Hermanos se recluyó en su vivienda, los 11 seglares que forman la comunidad quedaron separados, pero se siguió manteniendo un encuentro semanal con acompañamiento de la situación de cada uno, plegaria e incluso cena por videoconferencia.

Especialmente significativas fueron los días de Semana Santa. La comunidad pastoral se significó, además de la implicación en acciones de Pastoral del Sector en la acogida de personas vulnerables (al inicio del confinamiento se marchaban de la comunidad Jalila, una niña con cáncer y su mamá de acogida Maria, y Ndiogou, un joven senegalés que hacia 1 año y medio que estaba en la Comunidad y ahora iba a vivir en casa de Marc y Pepan, dos seglares de la comunidad-. De esta forma, solo quedó confinado con los Hermanos Rachid, chico marroquí que también lleva más de un año con nosotros y Susi, una mujer catalana que ha querido hacer una experiencia comunitaria durante este curso.

Cuando el confinamiento empezó a relajarse, la Comunidad recibió varias peticiones de ONGs para poder acoger a más jóvenes, ya que los albergues que ahora les acogían no podían seguir con su mantenimiento. Esto ha supuesto el feliz aumento de la familia en la Comunidad, llegando a un total de 10 residentes: los tres Hermanos y Ayoub, Ilyas S., Moha, Ilyas H. Y Mourad del Magreb, Madiou de Senegal, Landry de Costa de Marfil y Solomon de Nigeria, además de Rachid y Susi.

Se ha llamado a la puerta de esta Comunidad y se ha intentado dar una respuesta desde la mirada de Jesús, aunque no sea fácil. Con toda la ilusión y dedicación, la Comunidad expresa su alegría por sentirse más hermanos de los que han llegado y tiene la confianza de que el evangelio continúe inspirando y abriendo los corazones para vivir como un don esta nueva composición de la “Comunitat de les Espurnes d’Emmaús”.

 

Comunicación La Salle Sector Catalunya