Del 31 de agosto al 2 de septiembre, el Monasterio de Santa María de Candepajares, en Bujedo (Burgos), acogió la formación inicial de profesores nuevos procedentes de diferentes centro La Salle de la zona noroeste.
Las jornadas formativas siempre son un aliciente y una motivación extra para cualquier educador que pisa terreno lasaliano. Si al hecho de seguir en la vanguardia le sumas el contexto natural de Bujedo, hablamos entonces de palabras mayores. Así fue la propuesta que, desde la zona noroeste, se lanzó al equipo docente que participa del programa de formación inicial.
La dinámica formativa dio comienzo bajo la batuta del Hermano Francisco Mateo (Director de la Red), y siguiendo el esquema de programación del Nuevo Contexto de Aprendizaje (NCA) -acogida, seminario, proyecto, taller y cierre- se trabajó en torno a los orígenes del Fundador y el Instituto. Una mirada en profundidad a las raíces para explorar los valores de la escuela lasaliana, el perfil del “educador La Salle” y la dinámica comunitaria que lo integra. También a los mandos de la formación, Noelia Redondo (Delegada de Formación) hizo mención a la presencia de un eslogan muy común en varios espacios lasalianos -y que refleja a la perfección la amplia diversidad de nuestro organigrama- que dice aquello de “La Salle, una gran familia”.
La segunda jornada completa y parte de la tercera, a cargo de Iñaki Asegurado (Delegado de Educación), sirvió como eje de reflexión sobre los jóvenes de hoy y la respuesta que el mundo necesita. Una narrativa que viajó desde la vocación educativa de cada uno, hasta los retos globales que nos exige el contexto social de hoy; y en el centro de este viaje, la experiencia lasaliana como estilo y propuesta para ayudar a los jóvenes en sus procesos de búsqueda y en su crecimiento integral.
En último lugar -y no por ello menos importante- el tema que motivó el cierre de la formación giró en torno a la dinámica y la experiencia pastoral de los centros. El Hermano Rafael Palomera (Delegado de Pastoral) abrió entre los asistentes varios núcleos de reflexión sobre la propuesta de evangelización que ofrecen las obras educativas y socioeducativas. “No podemos reducir la educación exclusivamente a las sesiones que implican a nuestra materia; es fundamental comprender y ofrecer una respuesta, desde la gratuidad personal, a las motivaciones extracurriculares de los alumnos” -incidió a modo de cierre.