Este cuadro titulado Parejas reales fue realizado cuando Paret se encontraba en el apogeo de su fama. Su estilo está muy cercano a los planteamientos del rococó francés, con una pintura galante, de aristócratas que pueblan sus escenas de fiestas campestres y flirteos efímeros. El tema de este lienzo es el de una celebración hípica que tuvo lugar en el palacio de Aranjuez, que era el lugar de recreo de la corte madrileña. Realiza una caprichosa composición en la que tiene que sujetarse a los datos objetivos de la fiesta, con el amplio ruedo ocupando casi todo el lienzo, con el desfile de caballistas, el muro del palacio con las tribunas a la derecha, y el centro de atención, en la franja inferior del cuadro: una línea que hierve de personajes de la corte, que ríen, pasean, se exhiben, galantean y demás. El bullicio y el colorido nos ambientan adecuadamente en una atmósfera festiva, que tiene como fondo un paisaje algodonoso, a modo de telón, para centrar nuestra mirada en los alegres acontecimientos del día. La imagen es típicamente costumbrista y recuerda a las que Goya, contemporáneo de Paret, realizará unos pocos años después, protagonizadas por personajes populares y no por aristócratas.