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PieMontserratLa aventura comenzaba el pasado jueves por la mañana, cuando un grupo de valientes de Mollerussa, se ponía en marcha hacia Montserrat. Con el paso de las horas, y especialmente el viernes, se sumaban colectivos lasalianos procedentes de toda Cataluña, que, a pesar de la lluvia, emprendían la peregrinación con la misma ilusión de cada año, desde La Llacuna en el caso de los participantes del Sur i desde Gallifa los participantes de la zona Norte.

El viernes por la tarde, los grupos de Barcelona eran los últimos en comenzar la 39ena Subida a Pie en Montserrat, entre los que hacían noche por el camino. El sábado, sobre las nueve de la mañana, ya empezaban a llegar los primeros peregrinos lasalianos.

Precisamente, el mismo sábado también muy temprano, un último grupo de personas, muy numeroso, emprendía el camino desde la falda de la montaña, en Manresa, a 24 kilómetros de la Basílica de Montserrat. Simultáneamente se emprendían también marchas desde Hostalets de Pierola, Collbató y Monistrol.

A la una y media los más de 1.600 valientes que en algún momento en las últimas 48 horas habían iniciado la Subida a Pie en Montserrat llegaban a su destino, donde los abrazos y los guiños se repetían entre unos y otros.

Ni siquiera la lluvia que acompañó todo el día estropeó el encuentro, que se reanudó tras un breve descanso para comer.
Los gigantes de La Salle Cassà celebraban sus 30 años con todos los presentes, al ritmo de las cornejas y los timbales, bajo los soportales de entrada al templo. Ellos fueron los encargados de invitar a todos los asistentes a entrar en la Basílica para la celebración.

Cuando todo el mundo se hizo un lugar en la iglesia, Jóvenes La Salle y el Equipo de Pastoral dirigió un acto para recordar a todos los presentes que significa ser lasaliano, ser piedras vivas. Además, se celebró el nacimiento del nuevo Agrupamiento Juvenil, Estrella del Norte, de La Salle Gracia; así como varios aniversarios de otras agrupaciones lasalianas.

Para acabar, todos los presentes juntaron sus pañuelos en señal de unidad y comunión, para cantar la Esperanza de La Salle. Fuera los esperaban las cocas preparadas por la Fundación Crisálide y “L’hora dels adéus” invitaba a todo el mundo a volver el próximo curso para celebrar la 40ª edición de Montserrat a Pie.

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