Al regreso de nuestra peregrinación lasaliana, volvimos de nuevo a nuestra casa de Marqués de Mondéjar pero, por poco tiempo, ya que el lunes 2, por la tarde, salimos nuevamente rumbo a Griñón para iniciar unos días de reflexión en torno a las Meditaciones del Fundador para el Tiempo de Retiro.

Esa noche, en la cena, conocimos a Juan García Callejas que nos iba a acompañar en el descubrimiento de las Meditaciones para el Tiempo de Retiro. Tras la cena, un grupo se aventuró a conocer la zona y disfrutó de un rato de esparcimiento. Pudimos intercambiar las distintas experiencias y sentimientos vividos durante nuestra peregrinación y también lo que nos queda aún por vivir en este tiempo de CEL.

A la mañana siguiente, tras el desayuno, comenzamos nuestro trabajo. Cada día nos presentaba unas meditaciones y tras una estupenda introducción de cada una de ellas, nos enfrentábamos personalmente a su lectura, interiorización y aplicación de lo que íbamos descubriendo. Recogíamos las impresiones que nos iban despertando y, lo más importante, las implicaciones para nuestro ser lasaliano y los retos para nuestro itinerario personal y nuestra vida de comunidad.

El martes, tras la cena, el Hermano Celestino, Director de la Comunidad, nos guió en la visita por el museo lasaliano acercándonos a la historia y a los grandes acontecimientos vividos en este lugar, deteniéndose, especialmente, en la historia de los Hermanos Mártires de Griñón.

Al día siguiente, continuamos trabajando las meditaciones y descubriendo poco a poco el sueño que habita en cada uno de nosotros, a qué estamos llamados en nuestro día a día y cómo llevarlo a cabo. Tras la comida, realizamos una visita por las instalaciones de la Obra Educativa de Griñón, guiada de un modo muy acogedor y cariñoso por parte de la directora María José Vega, y donde descubrimos, entre otras cosas, un nuevo modo de hacer escuela.

La semana iba avanzando y también nuestro trabajo con las meditaciones, reflexionando sobre cuál debe ser la respuesta del maestro ante las realidades que estamos viviendo y comprendiendo que la misión es nuestra identidad. No es una ocupación en sí, sino la capacidad de descubrir que somos lo que Dios ha soñado para cada uno de nosotros.

Y ya en el último día de la semana, llegó un momento muy especial para todos nosotros ya que visitamos la residencia de los Hermanos mayores de Griñon. Durante parte de la mañana pudimos compartir las experiencias de vida de los Hermanos que nos acogieron muy cariñosamente, nos invitaron a unas pastas y a un cafelito que nos supo a gloria. Desde aquí, agradecer a estos Hermanos su ejemplo y su vida dedicada a la educación de los niños y en especial de los más necesitados. Y tras esta experiencia y la evaluación de la semana regresamos a casa.

CEL 2015